Tipología de alumnos
Cada materia es un universo nuevo: los profesores cambian, las materias se complican, y el precio de los apuntes aumenta. Sin embargo, nadie puede negar que esta carrera se encuentra colmada de personajes que, insistentemente, se cruzan en nuestras cursadas una y otra vez, con distintos cuerpos y rostros.
La rubia mal teñida: Siempre hay una “rizos de oro” (vulgarmente “oxigenada”), que resalta en medio del aula como una luz resplandeciente, vestida como un maniquí de vidriera y llevando consigo el look de Susana Gimenez, pero cien veces más ordinario.
El socialista entusiasmado: Cuando se trata de política, es el primero en opinar y exaltar la figura del querido Che Guevara, pero su discurso comunista en contra del imperio de los Estados Unidos no se condice con su botella de Coca Cola y sus pantalones Levis… Los demás se preguntan si es o se hace.
El preguntón: Es el ser más molesto de toda cátedra por tres razones: 1) pregunta gansadas que no aportan al tema 2) no entiende lo que le contestan 3) Insiste con la pregunta. No le importa si faltan cinco minutos para terminar, él quiere ser atendido, y, claro, hace méritos para ganar los insultos de sus compañeros.
EL que participa mucho para hacerse notar: Es diferente al preguntón porque ni siquiera está interesado en aclarar sus dudas. De hecho, no tiene dudas porque jamás leyó el texto. No importa, por alguna extraña razón quiere figurar y entonces apela a frases sin sentido y anécdotas personales porque cree que es muy popular y a todos le interesa.
El que ya conoce al profesor: Ya desde el primer día se saludan por el nombre, es posible que recuerden viejos tiempos o pregunten por terceros. El pensamiento malicioso se cuestiona: “¿Y este? ¿De dónde conoce al profesor? ah nooo, seguro que aprueba por acomodo..”
Blanco de bromas y burlas, los personajes nos ayudan a matar el tiempo en el momento justo. Acá, un video filmado por ellos:
Clase de semiótica, con la profesora Leticia Rolando
La rubia mal teñida: Siempre hay una “rizos de oro” (vulgarmente “oxigenada”), que resalta en medio del aula como una luz resplandeciente, vestida como un maniquí de vidriera y llevando consigo el look de Susana Gimenez, pero cien veces más ordinario.
El socialista entusiasmado: Cuando se trata de política, es el primero en opinar y exaltar la figura del querido Che Guevara, pero su discurso comunista en contra del imperio de los Estados Unidos no se condice con su botella de Coca Cola y sus pantalones Levis… Los demás se preguntan si es o se hace.
El preguntón: Es el ser más molesto de toda cátedra por tres razones: 1) pregunta gansadas que no aportan al tema 2) no entiende lo que le contestan 3) Insiste con la pregunta. No le importa si faltan cinco minutos para terminar, él quiere ser atendido, y, claro, hace méritos para ganar los insultos de sus compañeros.
EL que participa mucho para hacerse notar: Es diferente al preguntón porque ni siquiera está interesado en aclarar sus dudas. De hecho, no tiene dudas porque jamás leyó el texto. No importa, por alguna extraña razón quiere figurar y entonces apela a frases sin sentido y anécdotas personales porque cree que es muy popular y a todos le interesa.
El que ya conoce al profesor: Ya desde el primer día se saludan por el nombre, es posible que recuerden viejos tiempos o pregunten por terceros. El pensamiento malicioso se cuestiona: “¿Y este? ¿De dónde conoce al profesor? ah nooo, seguro que aprueba por acomodo..”
Blanco de bromas y burlas, los personajes nos ayudan a matar el tiempo en el momento justo. Acá, un video filmado por ellos:
Clase de semiótica, con la profesora Leticia Rolando
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